14.12.08

A Hugo

Nos soltamos de los maniquíes que nos contienen en el espacio que nuestros cuerpos ocupan hacia los lados y al mismo tiempo hacia arriba y allí las vemos, nuestras humanidades sobrevolando el cosmos, nuestras humanidades estrellándose en una nube, en nuestra propia demolición, en el océano.

Nuestro destino en la sucesión de la sucesión, de la sucesión de la sucesión del tiempo.
Nuestro destino en la cena, en el desierto, en no poder despegarnos de nuestro cuerpo.

Nuestro destino y las posibilidades
(cuatro, ocho, quince, dieciséis)
Nuestro destino y las repeticiones
(veintitrés, cuarenta y dos).

Un ser en nuestra cabeza no nos deja ser quien somos.
Los seres por todos lados nos juzgan por nuestro aspecto.
Y el poder que poseemos es mayor que cualquier otro.

Te quiero porque estás loco y porque en vos
me encuentro.

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